Juan Giménez, unha entrevista con un dos grandes invitados do Curtas 2016

De seguido reproducimos unha entrevista, realizada por Antonio Garrido e Serxio González coa fotografía de Mónica Irago, da Voz de Galicia a Juan Giménez, creador da Saga dos Metabaróns e un dos grandes invitados de Curtas 2016.

Juan Giménez (Mendoza, Argentina, 1943) es uno de los grandes en el mundo del cómic. Parte de su obra se puede ver en la sala de exposiciones Rivas Briones. Llega a la cita con un ligero retraso porque dos compatriotas le han reconocido y lo pararon en la calle para charlar con él. «Uno trata de hacer su trabajo lo mejor posible, y encima, te lo reconocen. Eso es fantástico. No he dicho que te lo paguen bien, pero el halago es magnífico», bromea.

-En una entrevista para un periódico es obligado comenzar por el cambio de modelo, que afectará también al cómic en particular y al mundo de la ilustración en general. ¿Cómo se vive?

-Cuando empezó todo esto había la esperanza de que fuera una nueva arma para publicar pero a medida que pasaron los meses la cosa volvió a sus cauces. La gente extraña el olor a tinta recién impresa; y yo también pero reconozco que es el futuro.

-¿Cambia esto el proceso de trabajo?

-Afortunadamente, por mi antigüedad en la profesión, y lo digo con un poquito de orgullo, soy más veloz dibujando a mano que con el ratón, pero lo uso como una herramienta más. Hago el trabajo de una manera tradicional y luego lo escaneo. Y ahí retoco, mejoro, sin desvirtuar el trazo erróneo que se hace a mano, que es lo que le da esa plasticidad que antes se llamaba error.

-¿Han traído los nuevos tiempos más autocensura?

-He vivido en lugares donde había censura. Parecía que no, porque la ciencia ficción estaría muy alejada del mundo contemporáneo, pero poníamos grandes toques para sortearla que dependían de la valentía del guionista.

-¿O sea que esa aparente lejanía era útil?

-Muy útil porque pasaba desapercibido pero la gente interesada podía sacar sus conclusiones. Había una intención. Con los últimos hechos en Charlie Hebdo la libertad de prensa ha salido bastante machacada. Allí, un colaborador mutuo, un guionista con el que trabajé (Richard Malka), se salvó de casualidad.

-¿Qué tal se lleva con los guionistas?

-Primero tenemos que ser amigos porque la química aparece cuando hay una complicidad. El guionista, por lo general, es un dibujante en la trastienda. A veces nos eligen porque tienen afinidad con la técnica que uno usa.

-Trabajar con uno como Jodorowski tiene que ser toda una experiencia…

-Ya lo creo. Cuando me lo presentaron me encuentro con un tipo de buena presencia pero que estaba vestido absolutamente de morado. Todo. Calcetines, zapatos, traje, camisa, corbata, gemelos… y eso me cohibió mucho más todavía. Luego, cuando me empezó a hablar, me di cuenta que era un tipo normal. Tiempo después le pregunté por qué estaba vestido de morado. Y me contestó: ‘Es por la envidia. Con esto rechazo la envidia’. El tema es que resultó una persona muy cercana, superinteligente, y apareció esa química de la que hablábamos. Es un tipo que tira muy bien el tarot. Me analizó las pupilas, como en Blade Runner, y me dijo: ‘Juan, tienes toda la libertad del mundo’. La única condición que le puse es que me diera toda la historia junta porque normalmente iba por páginas. Le dije que yo lo esperaba tranquilamente, pero que prefería saber cómo iba a morir el protagonista, de qué manera atroz lo iba a hacer. Lo entendió y me mandaba los guiones completos. Cuando voy leyendo ya lo voy dibujando. Él me hacía algunas referencias porque también fue dibujante y sabía de qué hablaba. Yo le respetaba todo. Hasta los puntos y coma. Solo altero el ritmo.

-¿En qué momento se encuentra la ciencia ficción?

-Hay que adaptarse. Cuando vi el avance del manga sutilmente adapté lenguajes. Sobre la pregunta, creo que los directores de cine, muchos de ellos lectores de cómic, han absorbido el sector. Con la ventaja del color, el 3-D, etc. Un calco del cómic pero con palomitas.

-¿Qué le parece la apuesta que está haciendo Luis Miguel Rosales y su equipo con el Curtas Film Fest?

-Es importante. Hay que ponerle mucho cariño para sacarlo adelante. Si van los chicos a las exposiciones, como deben ir, ahí tenemos una oportunidad para el futuro. Igual que los que leyeron aquellos cómics en los años 80. Aunque suene pomposo decirlo, de ahí han surgido médicos o biólogos que leyeron tal guion y se apasionaron por una profesión. Y lo sé porque me lo han dicho. Ojalá fuera yo Julio Verne. Tengo una anécdota buena sobre eso. Colaboré con la película Heavy Metal y empecé a poner cosas que ni sabía que, por ejemplo, estaba dibujando un GPS. Yo intuía que en el tablero de un vehículo tendría que aparecer un mapa.

-O sea que Nostradamus sería ahora un dibujante de cómic…

-Sería fantástico el tipo.

-¿Dejaremos de hablar de ciencia ficción para hablar de realidad?

-De joven rediseñaba lo que veía en el cine y eso fue una escuela. Cuando llegué al cómic tenía la ventaja de que no había películas que pudieran hacer la producción que yo podía hacer a mano. Ahora yo quedé fuera de escena. Y lo peor es ver cosas que has dibujado ahí puestas. Hasta guiones. Hay una película de Tom Cruise en la que el tipo va en moto a través de un mar solidificado, con barcos solidificados. Eso se llama El cuarto poder. Historia mía. Alguien lo vio y se quedó con la imagen. Aunque la moto de la película es una birria. La mía es mucho mejor.

Podes ver a entrevista na súa publicación orixinal facendo click aquí.